Abre mis manos…
Abre mis manos, Señor, enséñame a dar mi tiempo gratuitamente, sin reloj. Abre mis labios, Señor, enséñame a ofrecer una sonrisa sincera y generosa. Abre mi boca, Señor, enséñame a ofrecer palabras auténticas, palabras que den vida. Abre mis oídos, Señor, enséñame a ofrecer mi escucha atenta y llena de interés.