Quédate con nosotros, Señor Jesús,
el día ya declina.
Sólo Tú tienes palabras de vida eterna.
Palabras humanas,
de comprensión,
de ternura,
de misericordia y de perdón.
En la angustia, tú estás cerca.
En la soledad, tú nos acompañas.
En el dolor, tú sufres con nosotros.
Muéstranos tu rostro, Señor.
Ilumina nuestros caminos.
Que te sintamos cercano,
compañero, amigo,
lleno de ternura y de bondad.