(Claretianos ·27/01/22) El obispo claretiano Pere Casaldàliga recibió este jueves la Medalla de Oro al Mérito Cívico del Ayuntamiento de Barcelona, póstumamente, por unanimidad en los grupos municipales “en reconocimiento a su combate permanente contra los abusos del poder y la explotación, y por su firme compromiso a favor de justicia social, igualdad y dignidad de los pueblos indígenas”. En el mismo acto, recibió el mismo galardón el Pare Manel.
El concejal y quinto teniente de alcalde del consistorio, Albert Batlle, destacó que eran “dos buenas personas, en el sentido más puro de la palabra, amados y admirados, referentes éticos a quienes nunca agradeceremos suficiente lo que han hecho por nosotros”. Batlle destacó su “voluntad firme no solo para ayudar a los otros a cambiar su situación, sino de denunciar y remover las injusticias que generaban pobreza y marginación”.
“Se rebelaron contra la marginación. No se callaron delante de los poderosos, no bajaron la cabeza, no miraron para otro lado, este es su valor extraordinario. Fueron incómodos frente a muchas personas. Y su espiritualidad y fe fueron el motor indiscutible de su tarea. Eran dos personas valientes, porque ser valiente no es no tener miedo, sino poder levantar la voz a pesar del miedo”, agregó Batlle en una sala noble del consistorio llena.
El teniente de alcalde destacó la misión de Casaldàliga en Brasil. “El obispo se puso al lado de las comunidades indígenas que defendían sus tierras. Y nunca regresó a su casa, se hizo uno más entre ellos”. “La fe cristiana fue inseparable de su trabajo”, concluyó Batlle, quien puso de relieve el trabajo realizado por la Fundación Pere Casaldàliga y ANSA, que mantienen su lucha.
Durante el transcurso del acto, el periodista Francesc Escribano hizo la glosa de Pere Casaldàliga. Recordó que lo conoció para elaborar un documental en 1985, y lo encontró “perseguido y amenazado”. A pesar de ello explicó que el obispo “insistió en que sus causas eran mucho más importantes que su vida”. Hizo suya la lucha por la tierra, tomó posición de una manera clara, añadió. “Decía que no era suficiente con ser creyente, que había que ser creíble”, agregó Escribano.
El periodista, que ha intercalado vídeos de Pere Casaldàliga durante su explicación, ha dicho que la última vez que le vio fue hace siete años. “No podía moverse ni hablar, su viejo amigo Parkinson, como él le llamaba, le tenía clavado en una silla. Cuando le pregunté cómo estaba, él solo dijo una palabra: estoy vivo. Era su lucha del momento.” “Así era Pere Casaldàliga, un corazón lleno de nombres”, concluyó Escribano.
“Optaron por las personas”
Ha recibido el mismo galardón Manel Pousa Egroñat, más conocido como Pare Manel, en reconocimiento a su compromiso de solidaridad y su activismo social a favor de las personas vulnerables, especialmente la población infantil en riesgo y las personas privadas de libertad. Gloria Casaldàliga, sobrina del obispo y en nombre de su familia, ha empezado con estas palabras: “Soy feliz de recibir la medalla con el Pare Manel, si Casaldàliga se hubiera alojado en Barcelona, seguramente habrían trabajado codo con codo”.
“Que este reconocimiento sirva a Barcelona y a todos nosotros para mantener el legado del obispo para un mundo más justo. Si cerramos los ojos un momento, podemos escuchar su risa risueña de satisfacción y gratitud”, agregó Glòria Casaldàliga.
El presidente de la Fundación Pare Manel, Sandra Pardo, hizo la glosa de Pousa. “Hoy Manel nos volvemos a enamorar de ti”, dijo. Indicó que los dos premiados con la Medalla de Oro a título póstumo, “optaron por las personas, la gente más desfavorecida”. Finalmente, Enric Pousa, el hermano de Pare Manel, dijo que si su hermano hubiera asistido al evento, habría manifestado su agradecimiento a todos los vecinos. “Mientras esté en nuestra cabeza y en nuestro corazón, siempre estará con nosotros”, concluyó.