(OFM · Fray Antonio Arévalo · 12/03/23) Ayer sábado, 11 de marzo, los frailes de las fraternidades de la zona 1 de la Provincia de la Inmaculada Concepción ―Alcázar de San Juan (Ciudad Real), Albacete, Barcelona, Sabadell (Barcelona), Teruel, Villarreal (Castellón) y Zaragoza―, estábamos citados en el convento Sant Antoni, de Barcelona, para el II Encuentro de zona, correspondiente al tiempo de Cuaresma. El tema de reflexión era la misión compartida; una forma de entender la misión de la Orden en la Iglesia y en el mundo, si bien el motivo principal del encuentro (Trobada, en la lengua de Josep Pla y Mercè Rodoreda) era estrechar los lazos fraternos, saber de los nuestros y fortalecer la identidad provincial.
Dadas las distancias de algunas de estas fraternidades, la escasez de hermanos en otras y el estado físico de la mayoría, la concurrencia fue muy escasa, por lo que echamos de menos a los hermanos, especialmente a los que pudieron hacer la cortesía y el esfuerzo. Con todo, el sabor que nos ha dejado y el grado de satisfacción han sido notorios. Fray Antonio Arévalo Sánchez, que se estrenaba en el oficio, se desplazó desde Madrid a Barcelona el día anterior, de manera que pudo entrevistarse con el guardián de la fraternidad de Barcelona y con los miembros de la Unión del Pan de San Antonio, radicada en el santuario de la calle Santaló, la cual desarrolla desde hace años una labor social impresionante con recursos y dependencias del convento franciscano.
A las 11 de la mañana del sábado iniciamos la reunión con alabanzas y oraciones compuestos por San Francisco, nuestro padre; a continuación, excusada la presencia e intervención de la madre general de las Franciscanas Misioneras de la Inmaculada Concepción por el óbito de una de sus religiosas, el mismo definidor de zona hizo la introducción del tema, precedido de los saludos del ministro provincial y su Definitorio a los frailes de la zona, interesándose por los enfermos, impedidos y el por la aplicación de los proyectos comunitarios. Después de la presentación del tema, se abrió un turno de intervenciones, clarificación y dificultades de la misión compartida, a la que habrá que liberar del lastre “de palabra comodín o de moda”. Así pudimos reforzar la práctica de la sinodalidad ―libertad en la caridad, atención en la escucha y comunión en las deliberaciones, como corresponde a una Orden acostumbrada a celebrar capítulos desde sus orígenes, a principios del siglo XIII― y alimentarnos mutuamente de los criterios, opiniones y experiencias de cada hermano. No faltaron las preguntas e interés por los grandes asuntos de la Provincia, el discernimiento de presencias, las vocaciones, el futuro, la enfermería, la itinerancia… Finalmente, fray Antonio Arévalo, hizo una recomendación del ministro con su Definitorio, en el conocimiento y aplicación del Protocolo para la prevención y actuación frente a los abusos sexuales a menores, vigente en la Provincia desde 2019.
La comida fraterna puso fin al encuentro; y así nos despedimos, con el propósito de volvernos a encontrar y de visitar otras fraternidades de la zona.