(07/06/21) Este mes de junio se ha celebrado la 135ª reunión de Abades y Provinciales (RAP). Ha sido el primer encuentro en formato presencial que el grupo ha podido hacer después de este tiempo de pandemia. Los meses pasados de noviembre y junio se reunieron, pero, de manera telemática. Esta vez, la Abadía de Montserrat fue el punto de encuentro de esta reunión, la cual se hizo siguiendo en todo momento las medidas de seguridad requeridas por PROCICAT.
Jornada intercongregacional
El propio presidente del RAP, el Abad de Montserrat, fue el anfitrión que recibió el abad de Poblet, el prior de Solius, así como, los provinciales o delegados de diferentes congregaciones. Entre éstas, los capuchinos, carmelitas, claretianos, escolapios, maristas, mercedarios, Sagrada Familia, la Salle, franciscanos, hospitalarios de San Juan de Dios, jesuitas y salesianos.
Todos juntos compartieron la jornada, durante la cual comieron sumándose a los monjes benedictinos, celebraron la Eucaristía y pudieron reflexionar sobre temas que afectan a la realidad eclesial del momento. El tema de la pandemia, que en las últimas convocatorias (en línea) fue el foco de discusión central, esta vez se trató también, pero desde otra óptica. Tal y como expone el secretario del RAP, el marista Lluís Serra «ahora lo importante es pensar en el ahora, y la pandemia ha supuesto una tragedia con muchos problemas pero hay que ver las nuevas oportunidades».
“Mantener vivo el carisma”
Durante la celebración, en el momento de la homilía, el abad de Montserrat, P. Josep M. Soler, se dirigió al grupo de responsables de comunidades religiosas masculinas de Cataluña. Los invitó, en medio del momento actual, a recordar el mensaje del Papa Francisco, el 17 de mayo, con motivo de la 50ª. Semana de la Vida Religiosa organizada por el Instituto Teológico de la Vida Consagrada de Madrid.
En este mensaje se dirigía a las comunidades diciendo: «la vida consagrada se comprende consagrándose cada día. Se comprende en el diálogo con la realidad. Cuando la vida consagrada pierde esta dimensión de diálogo con la realidad y de reflexión sobre lo que sucede, comienza a hacerse estéril «. Y, además, «mantener vivo el carisma fundacional es mantenerlo en camino y en crecimiento, en diálogo con el que el Espíritu nos va diciendo en la historia del tiempo, en los lugares, en las diversas épocas, en diversas situaciones» . Mantener vivo el carisma «supone discernimiento y supone oración». Y concluía: «pónganse ‘a salvo’ del Espíritu Santo» (cf. Horeb, 22 de mayo 2021, p. 12).
«A la tercera va la vencida»
Todos los miembros del RAP desprendían alegría para poder reencontrarse. Así, Lluís Serra explica cómo «la reanudación de la presencialidad ha sido un motivo de satisfacción y de alegría para los participantes después de un año y medio de no encontrarse juntos». «El Monasterio de Santa María de Montserrat ha mantenido su disponibilidad inalterada y, finalmente, se ha comprobado que, de acuerdo con el dicho popular, a la tercera va la vencida», añade.