El secretario provincial de los Mercedarios explica cómo viven en su comunidad la Cuaresma intentando seguir lo que Dios les pide
El Padre Jesús Roy es el secretario provincial de la Obra Mercedaria y es párroco en la cárcel de mujeres de Wad Ras y en Brians 1, en el módulo de mujeres. Tal como explica, se considera a sí mismo, «un pequeño sacerdote de una comunidad que vive la fe entre rejas». Una misión que le lleva a estar siempre atento e intentando acompañar a las mujeres presas en su vida de fe y en todas aquellas cosas que les pasa en el día a día.
Vivencia espiritual y de conversión
Ahora, en pleno tiempo de Cuaresma, expone como en su comunidad, viven este periodo como un tiempo de gracia. «Un tiempo para vivir un poco con más austeridad, para intensificar la oración y vivir la fraternidad como aquel ayuno que el Señor quiere«, explica. Por otra parte, a nivel personal, el Padre Roy asegura que es «un tiempo de profunda vivencia espiritual y de conversión».
También, añade que es un momento de actuar y, concretamente, «de activar diversas actitudes». Es decir, tal y como explica, «maneras de hacer en la línea de lo que nos propone Jesús en el Evangelio». De entrada, la oración, «como tiempo para salir de mí mismo e ir a encontrar al Señor». En segundo lugar, la limosna, «como aquel compartir mi vida con los demás y mi tiempo y mi persona con la comunidad y con las personas que atiendo en prisión como cura».
El ayuno que Él nos pide
En tercer lugar, destaca el ayuno, entendido desde la lectura de Isaías 58, en que se llama «el verdadero ayuno es este: Suelta quienes has encarcelado injustamente». Así, partiendo de esta cita Jesús Roy expone como lleva a cabo este ayuno sin juzgar aquellos que están en prisión, viéndolos como personas y no como números. «Personas – continúa el padre mercedari- que por las circunstancias que sean están allí pero con su dignidad».
Asegura como también intenta redescubrir las mujeres presas que acompaña y ayudarlas a ellas mismas, también, a redescubrirse como «hijas e hijos de Dios». «Ver en ellas el rostro de Cristo, ya que como dijo Jesús: estaba en prisión y me vino a ver». Por lo tanto, estar cerca de ellas, escucharlas y acompañarlas. Este es el ayuno que me pide el Señor «, añade.