(RD · Luis Miguel Modino· Nombrar mujeres en espacios de decisión en la Curia Romana es visto como un gesto importante por Emilce Cuda, secretaria de la Pontificia Comisión para América Latina y miembro de algunos Dicasterios Vaticanos.
Con relación al actual proceso sinodal, Emilce Cuda afirma que la mujer “está haciendo un gran trabajo de corresponsabilidad, hay mucha presencia femenina, muchísima, son las que más hablan, y de ninguna manera están amenazando el lugar del clero, como algunos perciben”. Desde ahí hace ver que “lo que están reclamando es que su palabra sea tomada en consideración”.
Las mujeres tienen conocimiento de la realidad, y no pueden ser vistas solamente como cuidadoras, siendo la Iglesia desafiada a reconocer que “las mujeres en el catolicismo no son solamente las que están en las parroquias, las mujeres, a partir de un Credo, de una fe en Dios y de una confianza en la humanidad, están tomando decisiones en lugares de poder que tienen que ver con el mundo secular”.
Su presencia en la Curia la ve como “un aporte más de lo que yo como profesional pueda aportar viniendo de un espacio como es América Latina”. Una presencia femenina en todos los espacios eclesiales que, aunque pueda ser vista en un primer momento desde la confrontación, “con el tiempo, esas confrontaciones van encontrando espacios de diálogo, no hay que asustarse, hay que pensar, como dice el Papa Francisco, que iniciamos procesos”.
Mujer y en un puesto de responsabilidad en la Curia, algo que hasta no hace muchos años no era posible. ¿Cómo se vive eso en el actual pontificado del Papa Francisco?
Lo más importante es el gesto que tuvo el Santo Padre de empezar a nombrar mujeres en lugares de decisión. Actualmente en la Curia Romana hay dos mujeres, Sor Alessandra Smerelli y yo, luego en la Secretaría del Sínodo, Sor Nathalie Becquart, y otras mujeres más, pero lo que tenemos que ver ahí es que cuando el Papa nombra a esas mujeres, las está nombrando en espacios de decisión.
Y esto no ocurre en otras instituciones, porque se van integrando mujeres, pero muchas veces forzados por la presión de la opinión pública, para cumplir cupos, son mujeres que participan, pero no tienen decisión, y la verdadera participación es poder tomar decisiones, y eso es lo que el Papa está haciendo. Son gestos, pero con la intención de replicarse, no solo en las otras estructuras de la Iglesia católica, sino también en la sociedad civil.